Desarrollan coloquio a 18 años del terremoto de Cariaco
“Es importante mantener presente en la memoria del venezolano, que vivimos en un país sísmico”, declaró Fran Audemard, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas Funvisis; durante el desarrollo del I Coloquio de Geología y Ambiente Tectónico Cumanés, a propósito de la conmemoración del 18 Aniversario del conocido terremoto de Cariaco.
En su opinión, para concienciar a la población sobre la sismicidad del país; no hay mejor sitio que Cumaná porque es la ciudad más afectada por sismos del territorio nacional e igualmente, aunque poco reseñado; ha sido más afectada por maremotos o tsunamis en la historia venezolana.
Sobre su intervención sobre las formaciones geológicas de Cumaná, precisó que tiene condiciones peculiares que hay que tomar en cuenta, al momento de construir.
Destacó el desarrollo de programas de Funvisis desde el año 2005 como el Proyecto de Microzonificación Sísmica de las Grandes Ciudades Venezolanas y una de las escogidas en la fase inicial, es Cumaná.
“Aunque empezó por Caracas por ser la más poblada y tener grandes problemas con barriadas en laderas; Cumaná está incluida entre las primeras nueve ciudades de estudio y ya hay un primer informe de 2011 donde se han identificado las zonas más propensas a determinadas situaciones desfavorables en caso de sismo”.
Destacó que zonas como el sur y el sureste de los cerros de Caigüire; tendrían dificultades si mantienen estructuras inapropiadas, porque hay espesores de sedimentos muy altos.
“Nos referimos a la zona industrial al este del aeropuerto, afortunadamente gran parte del área tiene construcciones industriales porque ahí hay efectos de amplificación de suelos, es decir, cuando entra la vibración del sismo, empieza a moverse como un bol de gelatina y las edificaciones altas podrían sufrir como el edificio de la Toyota en el 97, que evidenció que hay problemas en el sector”.
Otro problema detallado es el que tienen las ciudades construidas en llanuras deltaicas, generadas por ríos como parte de un proceso conocido como licuación.
“Los suelos jóvenes muy saturados en agua como aquellos cerca de la proximidad del mar, al ser sacudidos sísmicamente, se sobrepresurizan, eyectan arenas por unos volcancitos y eso hace que el material sufra asentamientos que pueden finalmente romper las estructuras construidas encima, de manera que la identificación de las zonas de problemas también es importante y se ha adelantado”.
Cariaco como lección
Para Audemard, el conocido terremoto de Cariaco en 1997, aunque tuvo su epicentro provocado por la falla de El Pilar; dejó grandes lecciones desde el punto de vista de ingeniería. “Todas las construcciones coloniales demostraron que estaban vencidas, el mantenimiento de bahareque y caña brava no era el apropiado, sumado al peso de las tejas, es decir, el sismo demostró problemas en mantener ciertas estructuras como habitables”.
Cariaco también dio otras lecciones desde el punto de vista de ingeniería, porque según dijo, cuando se construyeron muchos de los planteles educativos de Venezuela, se hicieron con las mejores normas sismoresistentes del momento. “Sin embargo, esta es una ciencia empírica que se aprende por ensayo y error. Lamentablemente, a veces los errores se pagan con vidas y en costos económicos, pero hay construcciones con más de 50 años que al conocimiento de hoy; sabemos que no son apropiadas sísmicamente”.
Resaltó que justamente, las instalaciones educativas deben considerarse esenciales en muchos terremotos al igual que los hospitales y los Cuerpos de Bomberos porque deben ser espacio de asilo para la población que pierde sus bienes.
“Hay un gran esfuerzo del Gobierno Nacional y para ello se unió FEDES, con el Instituto de Materiales y Modelos estructurales de la UCV, para concretar un proyecto escuela como consecuencia del aprendizaje de los colapsos de Cariaco 97, porque se entiende que hay que revisar la infraestructura venezolana y avanzar hacia su reforzamiento”.
Aseguró que Funvisis desde el año 1972, trabaja con el objetivo de mejorar no solo el conocimiento e incorporarlo a la ingeniería estructural, sino hacia las comunidades, que deben ser el primer miembro de la protección civil.
En ese sentido, también sostuvo que la cultura de actuación ante un evento adverso, ha crecido.
“Estoy seguro que sí, porque el problema ha sido atacado por distintos frentes y uno de ellos es la incorporación de contenidos programáticos de educación primaria y secundaria para el conocimiento de los sismos y la prevención, tratamos que sepan que viven en un país sísmico y eso ha mejorado la percepción, es importante porque debemos identificar que tenemos una situación adversa para los humanos, pero hay que prepararse para enfrentarla en algún momento”, dijo.
Carga histórica
Insistió en que la prevención social debe nacer desde el individuo a nivel de la comunidad.
Detalló que Cumaná ha sufrido sismos importantes como 1530, 1684, 1797, 1853 y los más recientes: 1929 y 1997; que también produjo daños en edificaciones de la ciudad.
Otro aspecto resaltado es el de los maremotos, porque Cumaná sufrió la acción de dichos eventos.
“Frente a estas evidencias de maremotos y tsunamis, es una política que debemos implementar en las zonas bajas de la ciudad porque en algún momento debemos hacer algún tipo de infraestructura de protección de las zonas bajas”, añadió.
En el Coloquio
Por su parte, Jorge Rojas, Investigador del Centro de Sismología y coordinador del Comité técnico nacional del X Congreso Venezolano de Sismología, destacó la importancia de la divulgación de la información con la participación de más de 40 profesionales y las disertaciones de panelistas además de Audemard, Jaime Avendaño (sismicidad en la región), Luis Caraballo (Topografía submarina), Luis Germán Pérez (Evolución geohistórica de Cumaná). Precisamente, el Coloquio sirvió de antesala al Congreso que tendrá lugar del 28 al 30 de octubre.
Fuente: http://www.diarioregion.com/