Jóvenes activistas lideran la avanzada revolucionaria para impulsar la independencia tecnológica en el país. El grupo demuestra cómo migrar a software libre sin trauma.
Más de 40 mil personas, entre estudiantes, docentes, tecnólogos, desarrolladores informáticos y servidores públicos, han tenido participación significativa en los eventos itinerantes realizados por la libertad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en Venezuela, tal como lo reseñó la Comisión Nacional de Tecnologías de Información (Conati) en un trabajo especial.
Actualmente, la Comunidad Nacional de Software Libre reúne alrededor de 500 activistas que convierten los entes del Poder Público, las universidades y los barrios, en escenarios para intercambiar conocimiento, identificar talentos e impulsar la formación de proyectos locales y nacionales en tecnologías libres. Casi 90 por ciento de estos activistas son jóvenes menores de 35 años de edad.
Uno de estos activistas es Kenny Ossa, quien sirve de enlace entre la Administración Pública y los compañeros de la Comunidad de Software Libre, para la construcción de políticas de Estado en materia de tecnologías de información.
Ossa trabajó en la Oficina de Tecnologías de Información del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. “De allí nació el Decreto 3390 que, luego, firmaría el presidente Hugo Chávez para darle prioridad al uso de software libre en los órganos y entes del Poder Público”, indicó en una entrevista a Conati.
“Para la creación de ese decreto se dieron las condiciones, producto del paro petrolero de 2002, y todo lo que pasó con Petróleos de Venezuela (PDVSA). También la visión del Comandante Chávez de decir: ‘¡Ya! ¡No nos puede volver a pasar esto! Necesitamos tener control pleno, soberano, sobre nuestras herramientas tecnológicas’”, precisó.
Inces: experiencia de migración
La experiencia más reciente de la Comunidad Nacional de Software Libre la vive el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces). Ossa relata cómo fueron capaces de acompañar la migración de nueve mil estaciones de trabajo en todo el país.
“El Inces ya había pasado por dos procesos de migración insatisfactorios, y eso creó en el sujeto institucional un rechazo hacia el software libre. La gente nos decía: ‘Ya nosotros pasamos por eso, y no nos fue nada bien. Ya nos devolvimos’. ‘¡No queremos nada de tecnologías libres! Déjennos con nuestro software privativo’. O cuando veían que cambiábamos una máquina, decían: ‘¡Déjalos que, en dos meses, ya tú vas a ver que te van a tener que regresar a software privativo!’”, comentó.
Después de analizar este escenario, se decidió una estrategia que comenzaba con la concienciación: “Entendimos que no se trataba de sensibilizar; nosotros no queremos tocar la fibra de los sentimientos o la emocionalidad. El uso de software libre es un asunto de conciencia que viene asociado con el conocimiento y un tema de soberanía política”, subrayó.
El segundo paso fue la formación técnica: “No dábamos formación sin que el sujeto hubiera entendido el porqué; si no, era un mero cambio de sistema operativo, sin reflexionar sobre el trasfondo real del uso de software libre. Yo invito a que esta estrategia se haga en los entes del Poder Público. Aquí funcionó, incluso teniendo, al principio, esos altos índices de rechazo”.
La última fase fue de control, seguimiento y acompañamiento. “Hay que acompañar al usuario. En muchos organismos, se dio la migración de una manera que traía más inconvenientes que cosas buenas. Un viernes, llegaban los técnicos, migraban las computadoras, y cuando la gente llegaba el lunes, empezaba el caos y el rechazo”, explicó.
Con esta estrategia, hoy 96 por ciento de las estaciones de trabajo del Inces están migradas. El cuatro por ciento restante incluye máquinas que tienen aplicaciones privativas muy viejas.
Actualmente, la Oficina de Tecnologías está concentrada en desarrollar aplicaciones en software libre y estándares abiertos, que soporten los procesos que requieran esos servicios administrativos para la interacción ágil, auditable y eficiente con los diferentes actores.
En Venezuela el estudio y formación en Tecnologías Libres es impulsado por el Estado. Además se trabaja en la instalación del primer laboratorio de IPv6 del país y se debate en entes y espacios públicos sobre la importancia del uso y aplicación de las herramientas libres.
Fuente: Conatel